Reflexiones
El tema daría para muchas páginas pero voy a sintetizar algunos razonamientos y experiencias habidas en algunos contratos europeos y americanos que siguen las pautas como las establecidas por FIDIC (“Federación Internacional de Ingenieros Consultores” o “International Federation of Consulting Engineers”) en lo que respecta a la relevancia del Estudio Geotécnico en los Proyectos.
En las autovías o autopistas de nueva planta – sobre todo las de peaje – ha sido siempre frecuente que su trazado se encontrara con algún cementerio. La razón es clara: tanto esas vías de transporte como los cementerios, cumplen con la misma condición. Deben estar suficientemente cerca de los núcleos de población para que la “captación” de usuarios sea favorable pero lo suficientemente lejos para que el impacto visual – entre otros impactos ambientales – no sea desfavorable.
Karl Terzaghi dijo: “Si las universidades permiten enseñar ingeniería de cimentaciones a catedráticos que nunca ha diseñado cimentaciones, no podemos esperar mucho de nuestros graduados”.
El Dr. Gonzalo Guillán defendió en 2106 su brillante tesis doctoral en nuestra Escuela de Madrid. En ella investigó la vida y la profesión académica e ingenieril de cinco «grandes” de la Geotecnia en sus inicios. Reproducimos en este apartado algunas citas seleccionadas por el Dr. Guillán que, pese a haber transcurrido más de medio siglo, siguen siendo admirables y de aplicación siempre.
TRAS UNA MESA REDONDA DE PROFESORES EN MARZO 2012 SOBRE LAS NUEVAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIAS EN LA ESCUELA DE INGENIEROS DE CAMINOS DE MADRID
Tras una propuesta mía, se celebró una mesa redonda entre profesores de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Los temas fueron varios pero en las líneas de más abajo intento sintetizar – quizás algo subjetivamente – lo tratado.
Se habló de la débil formación académica con la que el alumno llega al primer semestre de Grado, con una inadecuada aptitud para el aprendizaje, y con una discutible actitud y comportamiento social. Se habló del potencial interno del alumno que debe ser “sacado” y facilitarle la permanencia académica en la universidad
Hay un sentimiento general de que el Ingeniero formado en nuestra Escuela se ha caracterizado siempre por ser una persona capaz de resolver los problemas que se le presentan en su vida profesional, incluso los no específicamente ingenieriles.
Del “choque” entre los escasos conocimientos del alumno con la envergadura de las materias impartidas y el de la cultura del poco esfuerzo contra el que aquí se le exige. Debería mantenerse un nivel en el contenido de nuestras asignaturas, en nuestra actitud como profesores, en nuestro comportamiento como tales, para que los alumnos que continúan su formación en los cursos de Máster para convertirse en Ingenieros de Caminos, estuvieran en posesión de la formación adecuada para aprovechar las enseñanzas de esos dos años.
Se habló del contenido de alguna asignatura que pudiera considerarse excesivo o, mejor dicho, la sucesión de los temas que se exponen o imparten al alumno. De que las “normas de permanencia” de la UPM tampoco ayudan. Estas normas permiten que un alumno se matricule en una asignatura no habiendo cursado o no habiendo aprobado una anterior considerada como básica para aprovechar las enseñanzas de la primera. Se habló de la competencia “académica” o “profesional” del profesorado en la enseñanza de materias de aplicación a la Ingeniería de Caminos; de las condiciones exigidas a los futuros profesores para impartir la docencia en la Universidad.
PRIMERAS REFLEXIONES DE JUNIO DE 2010
En junio 2010 redacté unas consideraciones acerca del nuevo plan de estudios que por aquel año se instauraba en nuestra Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid. Se pueden leer más abajo pero en suma hablaba de tres problemas. El primer problema era que no hubo criterios uniformes que hubieran permitido -cuando no obligado – la creación de Programas Docentes y de Objetivos similares en los distintos centros donde entonces se iba a formar un ingeniero. En el caso de los Ingenieros de Caminos, los tres escalones de titulación podían ser impartidos o gestionados por las 11 escuelas técnicas superiores y por las 7 escuelas de Ingeniería Técnica en Obras Públicas existentes entonces. Un segundo problema decía que estaba en el paso de grado a máster en ingeniería; el alumno necesitaría de bases más sólidas que las que se le dieron para ser “grado en ingeniería” y eso no se puede aprender en dos años de teórica especialización. Un tercer problema decía que estaba en las competencias. Una empresa consultora en ingeniería, donde la técnica es fundamental, podrá emplear a muchos “grados” para formar sus equipos y desarrollar sus cálculos, pero necesitaría algún Ingeniero Superior o algún “máster en Ingeniería” que se hiciera responsable de sus estudios, informes y proyectos. Los graduados en ingeniería se convertirían en meras herramientas o integrantes de un equipo, no en ingenieros.
Estas consideraciones no son muy distintas de las que puedo ahora escribir, pero las dejo ahí para que otros reflexionen.